Diseño gráfico las 24 horas, los 365 días del año

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Estamos rodeados de diseño todo el tiempo. Convivimos con una serie de elementos cotidianos en los que han intervenido profesionales del diseño aportando eficacia, orden, comprensión y, en muchos casos, hasta brillantez y belleza a los mensajes y objetos que nos rodean.

En todas nuestras actividades durante las 24 horas al día, nos relacionamos con objetos gráficos en los que apenas reparamos. Desde los números del despertador que suena cada mañana hasta ese libro que leemos en la cama antes de dormirnos, todo es diseño gráfico.

No hay más que pararse un segundo y el listado puede ser todo lo extenso que queramos: el icono de la aplicación de la radio que escucho, la etiqueta de la botella de gel que utilizo en la ducha, el paquete de cereales del desayuno, el periódico que leo (ya sea en papel o en digital), la marca del dentífrico cuando me lavo los dientes, los billetes que llevo en la cartera, el cupón de lotería que compro en el kiosko, el abono de transporte que utilizo para desplazarme, la marca del coche con el que me cruzo, la imagen corporativa de mi escuela, facultad o empresa, lo que como y bebo en el almuerzo, lo que consulto en mi banco ya sea en persona u on-line, lo que compro en el supermercado, la carta del restaurante donde como, los rótulos de los comercios, la web por la que navego, la serie que veo, el cartel de la película, de la obra de teatro o del concierto que tengo pensado ver, la exposición que visito, el escudo de mi equipo, el disco que escucho (en vinilo, cd o spooty), la librería a la que entro, el local donde me tomo una copa, el lugar donde me gustaría ir de vacaciones, las indicaciones de protección contra el Covid que encuentro en todas partes… Y así podríamos seguir y seguir.

Haciendo este ejercicio es cuando realmente nos damos cuenta de que el diseño gráfico lo llevamos hasta en nuestro ADN.