Desde aquel primer día en 5ºA Estudio Gráfico, en que compuse la primera línea de Letraset bajo la supervisión de Miguel Bolós, hasta hoy, que escribo estas utilizando una teclado inalámbrico, han pasado treinta años.
Treinta años de profesión que se han ido volando. Seguramente el hecho de tener la suerte de disfrutar de este apasionante oficio en el que me da igual que sea lunes por la mañana que viernes por la tarde, provoca esa sensación de que estoy aquí solamente desde anteayer. Pero cuando me miro en el espejo me doy cuenta de que sí, de que ha pasado mucho tiempo.
Un tiempo en el que no he dejado de aprender de todos y cada uno de los profesionales que se han ido cruzando en mi camino, o yo en el suyo, empezando por mi padre –Navarro–, que ya traía el oficio casi desde la cuna. Pocas personas he conocido que tuvieran «la mano» que él tenía para dibujar y la mente tan lúcida para crear. Luego llegaron el citado Miguel Bolós y Ximo Rosell, que fueron mis primeros maestros. Gracias a ellos conocí a Ramón Pérez Colomer y a Paco Escobar (Delvico Bates), a Belén Payá, Carles Barranco y Artur Sales (Nautas), a Jordi de Lama (Voramar), a Pablo y a Miguel Ángel Pilato (Avance)… Ya en V&M, Miguel Ángel Gómez y «Víctor» Devicienti me permitieron compartir pupitre con Manolo Arbas Collado y conocer a Franz Kelle (Arge / Publicis), al «mestre impressor» José Sancho García, al amigo Roberto Escriche (desde Copyexpress a Plotearte), a Toni de Nova, a Pepe Lanzón… José Luis Climent no solo me abrió las puertas de su estudio sino que me dio las llaves. Juntos recorrimos un buen tramo del «camino del autónomo», haciendo paradas en las gráficas de Emilio y Mayte Requena, hasta que cada uno tomó su propio rumbo. Ya en solitario, pero con la ayuda del imprescindible Roberto Greño para las cuestiones tributarias, sigo sumando experiencia con el apoyo puntual de Adrián Turmo, Víctor Bolós, Rafa Viguer, Virginia Polo, Yónatan Pereira, Carmen (Artico), Luis Álvarez (desde Surco hasta Kárpet), Paco Valero (Mac Man) y Fernando Brines (suya es la mayor parte del mérito de esta web)… Desde que mi padre ya no está, confío en el buen saber de Enrique Martín para todas las cuestiones de imprenta, así como en José Oriola de Studio Puig y en Carlos Paricio de Imaprint. Y para la asignatura de fotografía, trío de ases: Jacinto Turmo, Crespo, y Roberto Roca. Vaya desde aquí mi agradecimiento y reconocimiento hacia todos ellos. Me considero un alumno privilegiado.
Y desde el principio, siempre con el mismo eslogan: «Ni cuando las cosas vayan bien tires cohetes, ni cuando vayan mal tires la toalla».
Como dijo el viejo rockero, «Así que pasen treinta años».