En 2022 se cumplen 52 años desde que GRAFISMO abriera sus puertas; y también 20 años desde que las cerró.
Aunque tarde, muy tarde, es el momento de rendirle un merecido reconocimiento a aquel estudio pionero en publicidad gráfica en la ciudad de Valencia.
Para ello debemos situarnos a finales de 1970. El concepto «diseño gráfico», tal y como lo conocemos hoy en día, era algo que empezaba a sonar pero que muy pocos eran capaces de explicar bien en qué consistía. El profesional de entonces todavía prefería identificarse como «dibujante»; etiquetarse como «diseñador» quizá resultaba algo pretencioso.
Y GRAFISMO abrió sus puertas y nos lo explicó. Con un nombre más que acertado para que, ya de entrada, hubiera un contexto claro. Con un anagrama (el famoso lápiz) que no dejaba lugar a dudas de su cometido. Con unas instalaciones realmente modernas donde las formas, los colores, la luz natural y la funcionalidad eran la prioridad. Con un equipo de buenos profesionales del oficio, cuando tener buena mano era un requisito imprescindible y el diseño por ordenador, aunque llegó más tarde, era pura utopía. Con una creciente cartera de clientes a los que se les dispensaba un trato exquisito. Con unos trabajos para lucir y otros para vivir.
Y, así, hasta el 2002, cuando cerró sus puertas, quizá antes de lo que debiera. Pero esa es otra historia.
Hoy, cuando el diseño gráfico ya está al alcance de todo el mundo y parece que ya no es necesario explicar qué es y en qué consiste (o tal vez sí), echar la vista atrás y saber de dónde venimos es un ejercicio más que recomendable.
Y ese es el cometido de esta sencilla publicación, sin más pretensión que la de rendir un digno homenaje a GRAFISMO y a quienes sacaron punta a aquel lápiz.
En 2022 Valencia es Capital Mundial del Diseño.
Más vale tarde.